Como cada semana, el lunes pasado nos reunimos para compartir las estrategias-técnicas-metáforas, que hemos empleado en el espacio psicoterapéutico al abordar temáticas especificas.
En esta ocasión hablábamos de asuntos de duelos y de inmediato comenzamos a evocar muertes intempestivas y progresivas, divorcios consensuados y conflictivos, enfermedades de muerte o de condiciones crónicas, e idealizaciones que acaban por desvanecerse.
Notamos que todo duelo tiene temporalidades distintas y procedimientos por escribirse en cada encuentro, en el que esas "luchas/duelos" entre pasados y presentes, están en continuo reacomodo.
A modo de resumen, los puntos que destacamos en nuestro ejercicio profesional al abordar asuntos de duelos son los siguientes:
- Re-significar la pérdida desde la singularidad: afrontarla en dosis suficientes para el consultante, partiendo de sus miradas, contextos y momentos evolutivos.
- Reconocer vida y muerte como un continuo: no hay una sin la otra.
- Pensar en quien se va y en los que se van quedando: incluir a todos los involucrados, protagonistas o testigos pertenecientes a entornos inmediatos, ya que la pérdida tiene fuerte impacto tanto para quien se va como para quien se queda (por ejemplo: los hijos en un proceso de divorcio de sus padres o los hermanos de un niño con cáncer).
- Recordar que no viviremos la propia muerte: cuando venga, no lo notaremos. Nos sorprenderá, será inoportuna. Toda preocupación suele resultar ineficiente.
- Aceptar que la muerte es intransferible: por mucho que anhelemos que nuestro ser querido se quede, la muerte no es un asunto a elegir. Simplemente es.
- Generar encuentros significativos: ir más allá de los modelos con sus técnicas, hacer énfasis en el vínculo terapéutico que se creará.
Participación de: Sonia Mora, YuHing Chuey, Fabiola Arellano.
Transcripción por: Fabiola Arellano
2017
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