miércoles, 31 de julio de 2019

Carta de presentación

Nota inicial: aunque yo escribí esta carta, son las palabras de siete amigos las que en ella se encuentran, – que como diría Fernando Pessoa – son las que encarnan “…la sustancia de millares de voces, el hambre de decirse de millares de vidas, la paciencia de millones de almas…”

Ciudad de México. Julio, 2019

A quien corresponda: Por medio de la presente nos dirigimos a usted y a sus dudas; a usted y a sus esperanzas. Queremos platicarle que reconocer quiénes somos ha implicado trabajar por aceptarnos en todas las facetas de nuestras vidas, logrando tener mayor libertad y tranquilidad. Hemos conseguido esto solamente por momentos y en contextos específicos, ya que sigue resultando complicado admitirlo con total apertura frente a algunas de nuestras familias, por temor al rechazo o a la incomodidad; platicarlo con nuestros padres ha llegado a ser doloroso, ya que hemos visto que en ocasiones les resulta difícil comprendernos, muchas veces prefiriendo cambiar el tema haciendo como que no pasa nada para así sentirse menos tristes. Comentarlo abiertamente en nuestros trabajos también ha sido un reto, ya que surge el temor a ser señalados; y andar por la calle sin fingir, en ocasiones se siente como una hazaña, por la violencia y las miradas con prejuicios que pueden atentar en contra de nuestra seguridad. 

Aunque no lo parezca, algunos días es difícil admitir quiénes somos (incluso frente a nosotros mismos). En esos espacios íntimos se “cuelan” sentimientos de vergüenza y culpa, productos de una sociedad que cree que es inadecuado o “enfermizo” todo aquel que no pertenezca a la supuesta mayoría. Ojalá aquellos momentos en los que llegan con fuerza esos fantasmas y ansiedades aprendidas socialmente no aparecieran jamás, pero hemos aprendido que también esto es parte del proceso. Pese a que muchas veces usamos la discreción y la cautela, para elegir adecuadamente a las personas con las que nos permitimos mostrar nuestras vulnerabilidades, preferiríamos que no fuese necesaria tal elección, ya que seguimos soñando con una sociedad que no lucha por matar (real o simbólicamente) a quien considera distinto.

Actualmente desempeñamos nuestras profesiones en las salas de concierto, los consultorios de psicoterapia, los laboratorios, las aulas y las empresas y a lo largo de nuestras carreras hemos tenido diversos logros, a menudo usando la discreción en los temas privados para que no exista la posibilidad de ser perjudicados por quienes no toleran a los que salimos del closet.Aunque no lo parezca, para nosotros, vivir desde la disidencia ha sido un posicionamiento político y ético que cuestiona la cultura heteronormativa, al género como una construcción binaria y tiene que ver con insertar o colocar la idea de la diversidad como algo inherente a las personas, pero también la diversidad como un espacio de resistencia que desafía las normas que nos vuelven inflexibles no solamente en términos afectivos o eróticos, sino en términos corporales. 

Hemos luchado por aprender a ver la diferencia con alegría, a evitar culparnos por ser quienes somos, a reconocernos, nombrarnos frente a los que estimamos, a dejar de pensar que debemos corregirnos, a sobrevivir si nos corren del trabajo o de casa. Afirmamos frente a usted que seguimos creyendo que es posible amar construyendo las relaciones que cada quien elige para su vida. Querer sin miedo, vivir con entusiasmo y sin mutismo. Afirmamos frente a usted que seguimos luchando para ser sin simulaciones. 

Atentamente: Iván Salazar, Roberto Santos, Carlos Arellano, Mariana Muñoz, Noé Moreno y otros.
Publicado en: https://revistasalutare.com/carta-de-presentacion/

Los cuerpos sin nombre, son nuestros.

A las lágrimas.
A los puños cerrados.
Al dolor y las esperanzas.

Algunas veces pareciera que el eco de las palabras ausentes de estos hombres, que también son padres, se puede encontrar en el grito sordo de sus familias que los esperan con la sensación de haber perdido hasta el miedo; otras ocasiones, surge puro silencio. No hay respuestas. ¿Cómo serán sus rostros? ¿Fueron desollados? ¿Seguirán vivos? ¿Tendrán hambre? ¿Habrán sido torturados? ¿Sentirán frío? ¿Las suelas de sus botas estarán desgastadas por tanto caminar? ¿Les quitaron la vida?

Lamento abierto que a ratos pareciera drenar en vano.

Se trata de un “duelo eterno; la razón te dice que está muerto pero el corazón te dice que está vivo(1).  El latido del corazón te indica que la vida continúa, pero la herida implantada en el pecho, te señala lo contrario.

Algunos al mirarse al espejo, buscan algún resquicio de sus-nuestros desaparecidos. Fracasan. También las fotografías resultan insuficientes. Las descripciones de las fichas de desaparecidos difundidas, no incluyen algún apartado en el que se pueda decir quiénes son esos hombres. ¿Dónde se escribe lo que un papá aconsejaba para resolver los problemas? ¿En qué sitio se deja el testimonio de lo vivido? ¿Dónde se pueden transcribir sus frases? ¿Cuál documentación recupera la memoria?

-¿Por qué yo no puedo subir?
-Porque estás detenido.
-¿Y de qué se me acusa?
-Tú compones corridos.
-Pero eso no es delito.
-Sí, pero mientras ya te chingaste – responde el militar. (2)

La personificación de la rabia existe. A Rosendo se lo llevaron, jamás regresó.

Hiere reconocer que la brutalidad institucional prolifera, lacera saber que cuando nuestra sociedad tiene miedo, abandona; pero, mientras que “ellos serán juzgados por sus crímenes, nosotros seremos juzgados por nuestro silencio(3).

Es terrible el temor que genera admitir que “este país es una fosa común sobre la cual caminamos los ciudadanos sin seguridad y con la posibilidad de que un día vengan por nosotros y nos maten sin que el gobierno haga absolutamente nada(4), sin embargo, ¿cómo es posible que no se experimente un terror aún más brutal ante el “silencio prolongado con el que se contribuye socialmente a la complicidad, al aislamiento y al olvido?(5) ¿Qué le sucedió a esta nación que concibe a las víctimas como daños colaterales sin nombres ni apellidos, o que se atreve a  responsabilizar criminalizando a aquellos que no gritan solo porque ya no pueden? ¿Qué le ocurrió a este país que prefiere negar con cobardía la existencia de sus heridas de muerte, en lugar de involucrarse en la edificación de una memoria colectiva que desentierre los cuerpos de sus desaparecidos, los devuelva a sus familias y los honre?

No están los cuerpos de sus-nuestros hombres, padres, hermanos e hijos, pero sí la creciente “urgencia de colaborar con las familias que enfrentan con dignidad esos crímenes que nos tocan a todos. Es necesario construir colectivamente un camino por donde los pasos de sus-nuestros desaparecidos retornen”(6), porque como escribe Sara Uribe, es necesario “nombrarlos a todos para decir: este cuerpo podría ser el mío. El cuerpo de uno de los míos. Para no olvidar que todos los cuerpos sin nombre, son nuestros cuerpos perdidos”(7).  

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(1) Ramírez, L. y Matriogiovanni. F. (2014) Documental ni vivos ni muertos. México. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=C4YsPZUj05I
(2) Ramírez, L. y Matriogiovanni. F. (2014) Documental ni vivos ni muertos. México. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=C4YsPZUj05I
(3) Panfleto a propósito de la desaparición de los 43 Normalistas de Ayotzinapa (2014).
(4) Chandelle, A. & Remacle, P. (2017) México: Justicia para las víctimas. (ARTE France) Francia. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=egwLlgzph4M&lc=Ugzv00cu4hIt aNJ2jGN4AaABAg.
(5) Arellano, F. (2019) ¿El silencio o la denuncia? Ponencia presentada en el 2er. Coloquio de la Residencia en Terapia Familiar Sistémica: Intervenciones útiles. Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM.
(6) Morales, M. (2017) Función social de la intervención terapéutica con familias que están enfrentando desaparición forzada. Ponencia presentada en el 1er. Coloquio de la Residencia en Terapia Familiar Sistémica: “Terapia para tiempos de crisis social; oportunidades y desafíos”. Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM.
(7) Palacios, M. (2017) Violencia y discurso. México: Universidad Nacional Autónoma de México.


Publicado en: https://revistasalutare.com/los-cuerpos-sin-nombre-son-nuestros/

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